Las Elites En Los Procesos De Legitimización Democrática

Analizamos las elites como institución política: en nuestra sociedad injusta y desigual, ostentan poder económico, político, social, y con ellos tienen capacidad para actuar, utilizando su como “chantaje” en el juego político. Verdad que, con el valor del dinero en un mundo capitalista, los grupos que detienen más poder económico, tienen más chances de imponer sus intereses.

Sin embargo, el abordaje de Sartori (2012) en la diferencia de democracia de los antiguos para el problema complejo actual, que la democracia es un principio de legitimidad, que es un sistema que se propone para resolver la titularidad y el ejercicio del poder y que es un ideal. En este sesgo, nos ubica en un poder democrático legitimado simplemente por elecciones libres y periódicas. Pero esa democracia representativa tiene varias implicaciones, empezando por el supuesto que elecciones “limpias y competitivas” sean la justificativa para una opresión de las mayorías, a través del voto.

Las elites han tienen participación importante debido, principalmente, a su poder de influencia en cuanto grupo organizado y motivado a defender intereses. Por haber pensado, reflexionado, cuestionado el sistema vigente, fueron capaces de ver fallos y plantear, exigir y producir cambios legítimos.

La función de las elites es llamar la atención de la sociedad y instigar las movilizaciones populares, pues es importante la organización y fuerza a la hora de cobrar del poder público.

Algunos casos pueden ilustras la importancia de las elites en la político, como es el caso de la presión y movilización de la Asociación de Obispos de Brasil y del Orden de Abogados de Brasil para aprobación de la Ley Complementar 135/2010 (que adoptó criterios más rigurosos para elegibilidad).

d) ¿Qué papel desempeña la población en los procesos de legitimización democrática? ¿Qué evidencias tiene, en su caso, de que se den actitudes positivas de la población hacia la democracia?

Hago adherencia a la visión de Laver de que la política centrase en el comportamiento de los individuos, entre aquellos que defienden sus intereses (articulándose en grupo, en momento posterior a su voluntad) y aquellos que confórmense e acepten (siendo la omisión también ese elemento individual de participación), por lo que los principios básicos de la elección racional de Laver (1981) bien sujetan.

A la población le toca no sólo ejercer su voto, pero ser fiscal de que se instale y mantenga una representación debida por parte de los políticos, intentando cubrir los puntos de la Teoría de la representación de Sartori, en las tres direcciones: idea de mandato o delegación, idea de representatividad (semejanza o similitud) e idea de responsabilidad. Así que la participación ciudadana debe estar presente para votar con consciencia, cobrar fidelidad a su representación y responsabilidad en la eficacia de esa representación.

Un problema instalado junto con el plan de Presupuesto Participativo en Brasil (donde la población discute y vota donde va a ser aplicado parte del presupuesto municipal) es el vacío de pensamiento de priorizar el colectivo. Algunos representantes de distritos en el municipio legitiman, muchas veces, acciones superficiales que no resultan en la mejor opción para todas las áreas, en un entendimiento más