O Impacto Social de la Ciência
Por: Pita02 • 13/3/2023 • Artigo • 2.745 Palavras (11 Páginas) • 87 Visualizações
Alcances y Limitaciones de la Noción de Impacto Social de La ciencia y la tecnología
Autor: Bartolomeu Mitre Vasconcelos de Assis Chaves. 2020.
Desde hace mucho la universidad es conocida como la de tener la obligación no solo de difundir el conocimiento pero de crear el saber para proporcionar la mejora de las condiciones humanas.
Desde entonces se espera que la universidad asuma este rol sirviendo como un repositorio del conocimiento. Dentro de su deber la investigación debería ser una tarea específica de la universidad pues se comprende que divulgación científica es una herramienta educativa imprescindible en el sentido de responder a los anhelos de la sociedad.
Pero, actualmente no solo la Universidad desempeña este importante rol. Cada vez más las empresas, sean ellas públicas o privadas han descubierto el poder y ventaja que les confiere la investigación científica. De ahí surgieron conflictos que deben ser resueltos por la ciencia política.
Durante el siglo XX, la búsqueda y las implicaciones de los avances técnico-científicos se dejaron en una élite, una comunidad de expertos a los que se delegó el poder de gestión del futuro. Hoy en día ya se cuenta con los más variados instrumentos que permiten un amplio acceso del conocimiento del llamado público laico.
La divulgación científica debe proponer la exposición pública (o vulgarización) no sólo de los conocimientos, sino de los supuestos, valores, actitudes, lenguaje y funcionamiento de la Ciencia y Tecnologia.
Los medios disponibles, incluyen la museología (observación e interactiva), dramaturgia (en teatro y televisión), literatura y periodismo (televisión, radio y medios impresos), además de otras iniciativas menos usuales.
La divulgación científica, que se practica actualmente, reúne una serie de cuestiones problemáticas, incluida la forma en que concibe y contempla las innovaciones Son algunos de los dilemas enfrentados por la sociedad científica actual
¿La investigación debe ser orientada a los problemas actuales o también a los futuros?
¿Debe intentar solucionar problemas de orden práctico o ser una investigación básica?
¿Difundir el conocimiento, qué, como, a quién?
¿Tratar solo de los fenómenos conocidos?
¿Cómo medir su impacto?
Desde hace mucho ya se preconizaba la necesidad de someter la naturaleza descifrando sus leyes a fin de ponerla al servicio del bienestar de los seres humanos.
En 1945 se hizo público el informe Ciencia, la frontera sin fin, elaborado por los Estados Unidos con el respaldo de los líderes de la comunidad científica de su país, en el que se defendía la necesidad de brindar a la ciencia un apoyo estatal a gran escala para que la ciencia expandiera sus fronteras y concretara así la promesa de salud, trabajo y una mejor calidad de vida para la población.
En la medida en que la promesa de beneficios sociales es uno de los sustentos básicos de la política científica y tecnológica, el análisis del impacto social proporcionado por el avanzo de la ciencia en determinados proyectos y líneas de investigación se impuso como una necesidad para permitir evaluar los resultados de los esfuerzos.
Las estrategias de análisis que posibiliten su medición y definición de los procesos de impacto son los desafíos generados delante de esta nova visión de la ciencia y tecnología (C&T).
Actualmente, la visión social constituye sólo una representación caricaturizada de C&T que no es consistente con su construcción histórica.
Los ideales de autonomía y neutralidad siguen asociados a las prácticas científicas y tecnológicas, lo que no permite una reflexión significativa sobre los impactos sociales de sus innovaciones (Valério & Bazzo, 2006).
Las innovaciones científicas y tecnológicas interfieren intensamente en el contexto social cotidiano y están totalmente impregnadas por ellas. La sociedad admite que nuestro futuro difícilmente podría imaginarse sin tener en cuenta la presencia y el significado social de C&T.
Las recientes revoluciones en ámbitos como la informática, la genética y la automatización, por ejemplo, han tenido un intenso impacto social, que ha contribuido a despertar el interés público en estas cuestiones.
Incluso hoy en día, se ha demostrado que este modelo de percepción pública sobre C&T persiste y que la mayoría de la gente les da todo el crédito por la condición humana actual y apuestan por ellos como las principales esperanzas de un futuro aún mejor.
Este interés, por otro lado, ha reformulado, gradualmente, la ingenua fe progresiva en C&T. El optimismo hasta ahora inquebrantable se desestructura ante la exposición de riesgos potenciales significativos vinculados a dichos avances científicos/tecnológicos.
La segunda mitad del siglo XX tiene las señas de identidad de esta exposición. El hasta ahora desconocido "otro lado" de C&T ha sacudido la creencia en el supuesto objetivo del bienestar común y expuesto las posibilidades de mal uso del conocimiento científico y la técnica.
Desde este momento, se ha creado una nueva actitud pública en relación con C&T, en la que está claro que sus avances, además de no beneficiar a todos, a menudo reúnen efectos muy indeseables.
Por ejemplo, aspectos como las concentraciones de poder y riqueza, por ejemplo, también se han llegado a abordar como resultado de relaciones deturpadas entre la ciencia, la tecnología y la sociedad.
La democratización del conocimiento conduce a que en todas las partes del mundo haya un crecente interés público pela discusión y participación en las decisiones sobre cuestiones relacionados a ellas. Y esta es una tarea en la que la educación científica y tecnológica es un componente primordial.
De todos modos, mientras que la opinión persiste que los beneficios de C&T son mayores que sus efectos nocivos, todavía parece haber un cambio real en marcha. Y parece que tiene como objetivo acercar al público civil a las decisiones sobre cuestiones de C&T.
Las palabras de Holton (1979) aclaran cómo este cambio se ha hecho urgente durante al menos dos décadas del final del siglo XX. “La fuga de la mayoría de los miembros de una profesión al alto empíreo, donde pueden trabajar en silencio en problemas puramente científicos aislados de la agitación de la vida real, era tal vez apropiado para una fase anterior de la ciencia; en el mundo de hoy, es un lujo que no podemos sostener”.
La difusión de la ciencia y la tecnología se ha vuelto una importante herramienta educativa con la posibilidad de llegar a los más diversos públicos, además de la capacidad de fomentar en este público la adecuada reflexión sobre los impactos sociales de C&T.
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