Caso Agriperez

Desde 1962, Próspero Pérez Martín regentaba un pequeño negocio de mayoristas de estiércol de oveja, que compraba por todo Aragón. Esta actividad, junto con sus actividades agrícolas le permitían ir acumulando un pequeño capital, con el que en 1975 adquirió dos cosechadoras, para uso propio y para alquiler.

Próspero no quería dedicarse sólo a temas agrícolas, con lo que en 1981 adquirió con las ganancias obtenidas a través del alquiler de las cosechadoras tres camiones que dedicó al transporte de abonos.

En 1984 Próspero Pérez Tesa, hijo mayor de la familia, se incorporó al negocio familiar. Inicialmente se dedicó a la venta de estiércol en otras zonas distintas de Aragón, especialmente en los invernaderos de Almería y en la zona de fresón de Huelva. A través de su labor de venta, durante 1984 y 1985, adquirió un profundo conocimiento de las necesidades de productos agrícolas. A final de 1985, Próspero Pérez Martín se retiró dejando el negocio a cargo de su hijo. Este último, constituyó en Mayo de 1986, Agripérez S.A., con un capital inicial de 10 millones de pesetas (60.000 Euros). El objeto social inicial era la comercialización de estiércol y el transporte de abonos.

En Febrero de 1987, Agripérez decide comprar Gehutierra S.L., pequeña sociedad dedicada a la fabricación de ácidos húmicos, extraídos de vinazas (subproducto de la fabricación del vino). Los ácidos húmicos son una enmienda orgánica que se dosifican al suelo para mejorar su estructura, aumentando de forma muy perceptible el rendimiento de los cultivos. Gehutierra comercializaba un único producto líquido, con 12% de ácidos húmicos, con el nombre de la empresa, pero sin marca.

En Mayo de 1987, Próspero contrató a Eduardo Roig, químico en paro, que durante algunos años había trabajado en el departamento de investigación de una multinacional que fabricaba plaguicidas. En Marzo de 1988 lanza un nuevo ácido húmico al mercado, con un 25% de concentración, fruto de la labor de investigación realizada por Eduardo Roig. La materia prima utilizada era leonardita, un lignito oxidado de alta calidad, que importaban de Estados Unidos. El producto se comercializaba con la marca Gepavit.

Para evitar tener una estructura excesivamente compleja, Próspero contrató un Jefe de Ventas en Septiembre de 1987, Félix Martín, quién residía en Almería, la zona de mayor consumo de los productos de Agripérez. Félix Martín era responsable directo de las ventas en su zona, y de controlar y motivar una red de mayoristas-comisionistas creado por él mismo en las demás zonas de consumo.

Así como las ventas de Gepavit continuaban creciendo, las de estiércol comenzaban a estabilizarse. Próspero Pérez tras una reunión en Enero de 1988 con Eduardo Roig, Félix Martín y Atilano Pérez, hermano de Próspero que trabajaba como Jefe de Producción de Agripérez, deciden desarrollar dos nuevos productos:

• Agripérez-Fe biológico: consistente en una mezcla de estiércol de oveja con un 12% de sulfato de hierro, el sulfato de hierro estabilizaba las sustancias orgánicas y paliaba el mal olor del estiércol. La presencia de hierro era valorada por los agricultores, ya que era un elemento deficitario en los suelos de las zonas donde Agripérez comercializaba sus productos. Además el producto podía ser utilizado en la denominada "Agricultura Biológica".

• Estiércol granulado: uno de los problemas detectados por Félix Martín para el desarrollo de las ventas del estiércol en polvo era su dificultad de manejo.

Para desarrollar el proceso de granulación, Próspero Pérez contrató a Ernesto Sobrino, consultor independiente que durante 20 años había trabajado como Jefe del Departamento de una ingeniería, especializada en el diseño de plantas de fabricación de fertilizantes granulados.

En Septiembre de 1988 se comenzaron a comercializar ambos productos, el primero de ellos con la marca registrada Agripérez-Fe biológico y el segundo con las marcas de los distintos mayoristas.

Con la experiencia adquirida en la granulación del estiércol, Agripérez junto con Abonos Valencia, su distribuidor en Levante, constituyen en Mayo de 1989 Fervasa (Fertilizantes de Valencia S.A.), dedicada a la fabricación de fertilizantes granulados especiales; esencialmente formulaciones específicas demandadas por clientes particulares, que las grandes compañías del sector no tenían en su gama de productos. La comercialización