História do caso "Federico"

INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo monográfico, se abordará el historial del caso “Federico” presentado por el Dr. Norberto Pisoni y relacionarlo con los temas expuestos, durante el año en la materia Psicología Clínica.

La elección del caso fue motivada por un interés particular por este período evolutivo que corresponde a la adolescencia.

Se tratará, en la mayoría de los casos, de una clínica compleja, donde se deberá trabajar no solo con las cuestiones propias de la derivación y el diagnóstico, sino también con la dificultosa tarea de análisis en casos complejos, como este.

El abordaje terapéutico que se realiza con adolescentes (al igual que con niños) requiere de una modalidad particular, pero sobre todo es necesario que el terapeuta realice la función de guía y sostén tan necesarios para el momento de transición por el que atraviesa el adolescente.

A partir de este historial clínico, analizaré y articularé los conceptos teóricos del labor psicoanalítico: expectativa angustiada y expectativa ansiosa, entrevistas preliminares e iniciación del tratamiento, interpretaciones y construcciones, repetir, recordar y reelaborar, entre otros.

Por último realizaré una conclusión acerca de la experiencia personal en relación al presente trabajo.

BREVE RESEÑA DEL HISTORIAL CLÍNICO

Presentación clínica: El paciente al que se llamó Federico es un joven de 17 años que llega a la consulta por medio de su padre. El es el que solicita una consulta en el hospital general, en el servicio de psicopatología del hospital Piñero. Se trata en un principio de una derivación, por parte de un profesional al que el joven le tiene mucha confianza por tratarse de un amigo médico de su padre (“Pocho”, medico muy conocido en el ámbito).

Federico contrae una angina que desencadena una serie de padecimientos físicos (queda postrado mucho tiempo, pierde peso, y le queda un resto de febrícula que no desaparece con los tratamientos). Además de esto, se sumaron una serie de “imágenes sexuales” con sus padres, él las llamaría “cosas raras”. Temía tragarse objetos cortantes o que le sucediera “algo” a la gente

Luego de un breve tratamiento con un psiquiatra, el cual lo diagnostica de esquizofrenia y lo medica con antipsicóticos, el padre consulta con el Dr. Pisoni, pidiéndole que lo “salve” y que hiciera todo lo posible para no internarlo. Así se iniciará un trabajo que se prolongará durante seis años.

El inicio del tratamiento, entrevistas preliminares e instalación de la transferencia.

En un primer momento, el medico psiquiatra, había realizado el diagnóstico de esquizofrenia, por lo que ante esta rotulación del, el Dr. Pisoni debe iniciar el trabajo con el paciente, para poder abordar su problemática, escuchar su discurso y poder llegar a un diagnóstico con los datos por el recolectados. Se ubica en un lugar de escucha para poder evaluar si es un paciente analizable. Deja hablar libremente a Federico y mantiene su propia atención flotante.

Ya en su artículo Sobre la iniciación del tratamiento (1913), Freud expresa “la importancia de aceptar a los pacientes en primer término solo provisionalmente no solo para tomar un conocimiento general del caso sino también para evaluar el procesamiento psíquicos del paciente y decidir si es apto para el tratamiento”,

El analista en la primera entrevista con el padre explica que iniciará con Federico entrevistas preliminares, aclarando que en principio no es un tratamiento, sino que estará evaluando la posibilidad de atenderlo.

En una de las entrevistas menciona que con un amigo y dos compañeras del colegio habían decidido ir a un albergue transitorio. El analista entonces pregunta si los tiempos coinciden con el momento en el cual contrajo las anginas. Federico nunca lo había asociado antes, pero afirma que sí, ambos hechos coinciden en el tiempo. Las anginas habían postergado el momento en que Federico debía enfrentar su sexualidad. Es la primera vez que hablaría de sexualidad. Ahora sí, el conflicto aparecía, ya que Federico había dado a estos amigos una imagen idealizada de saber acerca del sexo, habiendo inventado historias sobre cosas que había hecho. En este punto crucial, el Dr. Pisoni afirma que comienza el tratamiento propiamente dicho, y pacta una entrevista con el padre para comunicarle que iniciará el tratamiento.

Si pensamos en los conceptos de expectativa angustiada y ansiosa, podemos decir que Freud (1890) define a la expectativa como un estado anímico por medio del cual se ponen en movimiento una serie de fuerzas anímicas que pueden llevar a la contracción o a la curación de enfermedades y padecimientos. Podemos afirmar que esta expectativa, a su vez, estará relacionada con las fantasías de enfermedad o curación.

La expectativa angustiada, a la cual se le asigna una “eficacia para enfermar”, es decir que las fuerzas anímicas que pone en movimiento llevan a la contracción de enfermedades, al empeoramiento de las existentes, y/o a la dificultad o imposibilidad de curarlas.

Por el otro lado, tenemos la expectativa confiada o esperanzada, que tendría una eficacia para la curación. Por ejemplo las curas milagrosas, en las cuales las fuerzas anímicas puestas en juego (junto con determinadas escenificaciones y rituales que generalmente las acompañan), llevan a la persona a la curación o una disminución de sus padecimientos.

Al comienzo Federico se encontraba en un estado de expectativa angustiada, el cual fue llevando a que sus padecimientos no pudieran mejorar e incluso siguieran empeorando. En este mismo estado de expectativa angustiada se encontraban sus padres, a los cuales Federico les contaba todas las “cosas raras” que le sucedían. Tanto él como sus padres, logran depositar desde un primer momento una expectativa confiada en este analista ya que había sido recomendado por un médico amigo de la familia.

Podríamos situar el surgimiento de la expectativa confiada durante el proceso cuando, transcurridas varias entrevistas, Federico dice “¿Qué tengo que decir para curarme más rápido?”, comienza a confiar. Esta expresión ubica al analista en un lugar mágico, como un chaman, que tiene el poder de decir aquello relacionado con la cura. Está afirmando que confía en su analista, y por lo tanto, que confía en que el tratamiento