Senderos de Gloria

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Natalia Bande Álvarez

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Senderos de Gloria. Stanley Kubrick

Este escrito viene a propósito de la película que formó parte del material de estudio de la asignatura de Historia contemporánea dentro del primer año del Grado de Filosofía.

“Senderos de Gloria”  de Stanley Kubrick, es considerada una de las obras maestras dentro del séptimo arte. En esta cinta, no hay espacio para el heroísmo ni para la gloria. La película consiste en un retrato satírico, de la deshumanización intrínseca a la propia Guerra, pero principalmente del ejército Francés y de sus dos oficiales superiores (integrados en el lado “bueno” de la contienda), que a su vez se encuentras enfrentados. En donde es mostrado el valor de la vida humana como algo ínfimo en manos de  generales que solo buscan su propio beneficio, también se puede apreciar las peligrosas consecuencias de la ambición, que lleva a proponer metas imposibles y caminos de no retorno.

La película está ambientada en el año 1916, en la Primera Guerra Mundial, el periodo conflictivo conocido como “Guerra de trincheras”, donde cada metro de terreno era ganado con la sangre de cientos de hombres.

 La historia es basada en sucesos reales, cuando la cúpula francesa trata de conseguir, a toda costa, hacer una brecha en el lado alemán en el Frente Occidental de la contienda. Para lo cual deciden lanzar un ataque en una zona protegida por una colina, ”La colina de las hormigas”. Bien es sabido, que este es un punto de escasa relevancia estratégica y que es probable que sea causante de innumerables bajas en el asalto, pero parece ignorarse, en favor de la buena imagen que quiere trasladarse a la cúpula superior.

Esta misión es encargada por el general Boulard, un hombre sobrio e inteligente, a uno de sus generales al cargo, el general Mireau, que se nos presenta como un hombre fuerte, ambicioso y falto de escrúpulos.  Mireau toma la decisión de enviar al  batallón  del Coronel Dax a encabezar el ataque. El ataque se complica y acaba por fallar debido a la resistencia del ejército alemán, obligando a los soldados a retroceder a sus trincheras. Debido al fracaso de dicha ofensiva, el general Mireau, iracundo por la derrota, decide dar un escarmiento que sirviese de ejemplo a la unidad del batallón de Dax. Para ello decide fusilar a tres soldados acusándoles de cobardía, que  serán elegidos al azar entre los que habían tomado parte en el ataque.

La película muestra como los derechos humanos y las vidas de los soldados no tienen ninguna importancia en el conflicto. El personaje de Dax hace empatizar al espectador, mostrándose como un  hombre honesto, realista y comprensivo, que acaba siendo víctima de la propia situación que le ha tocado vivir. Es encargado de defender a sus soldados de la acusación de cobardía, por lo que se esforzará en mostrar la inocencia de sus hombres ante la incongruencia de la orden de atacar dicha colina.

La malicia y falsedad de los mandos se manifiesta en todo su esplendor, mostrando como nadie confía en nadie y lo fácil que supone los “sacrificios humanos” en pro de la causa. El general Dax no solo se ve obligado a mediar, en balde, ante el general Broulard para evitar las ejecuciones, si no que, al final de la película, es obligado a volver al frente de nuevo, dirigiendo a sus hombres a una muerte asegurada.